La mayor parte de la investigación para comprender las consecuencias de la infección por el virus Zika se ha centrado en cómo afecta a las mujeres embarazadas y cómo causa defectos de nacimiento graves en los fetos en desarrollo. Sin embargo, un estudio realizado en ratones y publicado en la revista Nature, indica que la infección también puede tener consecuencias preocupantes para los hombres, en concreto sobre su capacidad de tener hijos. Es decir, el virus ataca el sistema reproductivo masculino.
Tres semanas después de que los ratones machos fueron infectados con el Zika, sus testículos se habían encogido, los niveles de sus hormonas sexuales habían disminuido y su fertilidad se redujo. Es decir, los animales eran menos fértiles. “Aunque se trata de un estudio realizado en ratones, y con la salvedad de que aún no sabemos si el Zika tiene el mismo efecto en los hombres, los resultados sugieren que éstos pueden ver reducidos sus niveles de testosterona y de esperma después de la infección, afectando su fertilidad”, explica Michael Diamond, co-autor del estudio realizado en Washington University School of Medicine (EE.UU.).
Se sabe que el virus persiste en el semen de los hombres durante meses, de hecho, se recomienda a aquellos hombres que han viajado a zonas endémicas de Zika que usen preservativos en sus relaciones sexuales durante seis meses, independientemente de si han tenido o no síntomas de la infección. No se sabe, sin embargo, el impacto que este virus pueda tener en los sistemas reproductivos de los hombres.
¿Daño Irreversible?
Los autores de esta investigación inyectaron el virus a ratones machos. Transcurrida una semana, el virus había migrado a los testículos, que presentaban señales microscópicas de inflamación. Después de dos semanas, los testículos eran significativamente más pequeños, su estructura interna se derrumbaba y muchas células estaban muertas o moribundas.
A las tres semanas, los testículos se habían reducido a una décima parte de su tamaño normal y la estructura interna estaba completamente destruida. Los ratones fueron seguidos hasta seis semanas, tiempo durante el cual sus testículos no se curaron, incluso después de que los ratones hubieran eliminado el virus de su torrente sanguíneo. “No sabemos a ciencia cierta si el daño es irreversible, pero creemos que sí, porque las células que mantienen la estructura interna en su lugar se han infectado y destruido”, señala Diamond.
La estructura de los testículos depende de un tipo de células llamadas células de Sertoli, que mantienen la barrera entre la sangre y los testículos y se encargan de nutrir el desarrollo de los espermatozoides. Según los investigadores, el Zika infecta y mata a las células de Sertoli, y éstas no se regeneran. Los testículos normalmente producen esperma y testosterona, y como los testículos de los ratones sufrieron una lesión mantenida, sus recuentos de esperma y sus niveles de testosterona se desplomaron. Seis semanas después de la infección, el número de espermatozoides móviles se redujo diez veces y los niveles de testosterona eran igualmente bajos.
Cuando los ratones hembras sanas se aparearon con los ratones machos infectados y no infectados, las apareadas con machos infectados tuvieron aproximadamente cuatro veces menos probabilidades de quedar embarazadas que las que lo hicieron con machos no infectados. “Este es el único virus que conozco que causa este tipo de síntomas graves de infertilidad”, señala la investigadora Kelle Moley, especialista en fertilidad y director del Centro de la Universidad de Ciencias de la Salud Reproductiva. “Hay muy pocos patógenos que puedan cruzar la barrera que separa los testículos del torrente sanguíneo para infectar directamente los testículos”, destacó.
Además, los hombres con bajos niveles de testosterona pueden experimentar un bajo deseo sexual, disfunción eréctil, fatiga y pérdida de vello corporal y la masa muscular. La testosterona baja se puede diagnosticar con un simple análisis de sangre. “Ahora que sabemos lo que puede suceder en un ratón, la pregunta es, ¿qué ocurre en los hombres y con qué frecuencia?, afirma Diamond.
“No sabemos qué proporción de hombres infectados han estado persistentemente infectados, o si las infecciones a más corto plazo también pueden tener consecuencias en el número de espermatozoides y sobre la fertilidad. Estas son las cosas que necesitamos saber”, destacó.