Las fantasías sexuales son una forma de excitación que pueden cambiar con el tiempo y que actúan como aliadas del erotismo
La sociedad actual saca a relucir la parte perversa que todos tenemos. Cuando se traduce en una imposición de ciertas prácticas sexuales, puede afectar la relación de pareja. El primer paso para evitar problemas es distinguir una mala práctica sexual de una fantasía única.
¿La perversión, o parafilia, es una enfermedad?
“Las parafilias, explica el Dr. Juan José Arechederra, psiquiatra en Madrid, son aquellas conductas en las que el objeto o la forma de alcanzar la satisfacción sexual no son la que psicológicamente se considera normal. Son trastornos de la inclinación sexual como el masoquismo, en el que la persona disfruta cuando le provocan dolor; el sadismo, que consiste en causar dolor físico a otras personas. En otras tendencias, como el fetichismo, las personas se satisfacen sexualmente a través de determinados objetos, como por ejemplo las prendas íntimas o los zapatos. En el caso del exhibicionismo se satisfacen a través de la exhibición del cuerpo; y en el de la pedofilia, se involucra a menores. Esta última es considerada una conducta delictiva”.
¿Cómo identificar dónde empieza la perversión?
- Las fantasías sexuales son una forma de excitación sexual que puede cambiar con el tiempo y que actúa como alidada del erotismo. La perversión sexual, o parafilia, es un trastorno.
- Las parafilias son aquellas conductas en las que la forma de alcanzar la satisfacción sexual no es la que psicológicamente se considera normal. Entre ellas se encuentran el masoquismo, el sadismo y el fetichismo.
- Algunas personas son más propensas que otras a cruzar la línea que separa el instinto y la fantasía sexual de la perversión. Generalmente estas conductas predominan más en hombres que en mujeres. Según varios estudios, el 27% de los pacientes muestra alguna alteración neurológica, al 54% le ha detectado trastornos de la personalidad y un 4% presenta encefalograma anormal.
- Si uno de los miembros de la pareja quiere imponer una práctica sexual particular sin tener en cuenta los gustos o la reacción de la otra persona es muy frecuente que surjan sentimientos de culpabilidad, frustración o que, incluso, esto suponga el final de la relación.
- Si pensamos que estamos ante una persona que padece algún tipo de parafilia o en un momento determinado nuestra pareja muestra una desviación y no estamos de acuerdo, conviene hablar del tema abiertamente. Cuando existe patología hay que acudir a un especialista.
Es importante destacar que en la pareja, mientras la práctica sexual sea mutua y libremente aceptada, no existe parafilia o perversión. Sería un acuerdo entre adultos. Esta acotación la realiza el Dr. Arechederra.
Redacción original de Nuria Corredor
Revista Psychologies N° 67, España