El flujo vaginal es completamente normal en la mujer, éste proviene de las secreciones que produce la vagina gracias a la membrana mucosa que la cubre, además la mantiene limpia, la ayuda a prevenir infecciones y la lubrica durante las relaciones sexuales.

La vagina es un equilibrio de bacterias, pH y humedad; es normal que este equilibrio varíe o se altere con los cambios en nuestro cuerpo. El Flujo vaginal contiene una mezcla de secreciones y moco cervical y también es normal que éste cambie, sobre todo durante nuestro ciclo menstrual, cuando puede variar su aspecto, cantidad o consistencia.

Normalmente el flujo vaginal es suave y un poco espeso, su olor es ligero o incluso puede no tener olor, su color es claro, aunque a veces puede tornarse amarillento cuando se expone al aire. La cantidad varía según el momento del ciclo menstrual, siendo más abundante y espeso durante la ovulación y más escaso después de la menstruación.

Generalmente las secreciones vaginales cambian según el momento y el nivel de estrógeno en el cuerpo, el embarazo, el estrés, las pastillas anticonceptivas o la excitación sexual también pueden producir cambios en su característica normal. Sin embargo, las alteraciones drásticas en el color u olor del flujo vaginal pueden ser un indicio de que algo no anda bien.

Cuando las secreciones vaginales comienzan a picar, produce irritación, cambia su aspecto o tiene mal olor, es una señal de alarma, pues quizás esté relacionado con alguna infección, por lo que debes considerar acudir al médico.

El flujo vaginal generalmente es de color blanco, esto indica que todo está bien, sin embargo, debes estar atenta, debido a que cuando las secreciones vaginales son blancas pero su consistencia es muy grumosa o pastosa puede advertir que existe una infección por hongos, y más aún cuando está acompañado de picazón o ardor. Igualmente, si la secreción es blanca, pero con olor fuerte y desagradable, puede tratarse de una infección vaginal denominada vaginosis bacteriana, lo que puede producir, ardor al orinar.

Cuando la secreción vaginal se torna de color amarillo o verde con olor fuerte o fétido, puede estar vinculado a una infección bacteriana o a una infección de transmisión sexual denominada tricomoniasis, una de las infecciones más comunes. Cuando el color del flujo vaginal es amarillento, pero su olor es suave y no produce ardor y ni picazón, quizás no sea una señal de alerta.

Es importante que cuando aparezcan algunos de estos síntomas o cambios en tu flujo vaginal, acudas al médico, quien te evaluará e indicará el tratamiento indicado, bien sea con antibióticos o antimicóticos, según sea el caso; esto evitará problemas a futuro a causa de las posibles infecciones.

Con respecto a este tema, también se debe considerar que después de la menopausia, los niveles de estrógenos disminuyen considerablemente, lo que produce una disminución notable en la cantidad de secreción, provocando que la vagina se vuelva más delgada y quizás se mantenga más seca, y probablemente se irrite e inflame, produciendo un flujo húmedo y fino, o espeso y amarillento.

Mantén la salud e higiene de tu vagina

Existen muchos factores que pueden alterar o afectar la salud de la vagina, por eso es importante que evites el uso de duchas vaginales, limites la cantidad de parejas sexuales, uses ropa interior de algodón para evitar los hongos que producen infección, evitar los productos perfumados como toallas, jabones, lubricantes o aerosoles y bañarte y secarte muy bien diariamente el área vaginal diariamente.

La mayoría de las mujeres tienen secreción vaginal pero no todas las secreciones son normales. El flujo es diferente para cada mujer. Algunas tienen poco y otras tienen secreciones más abundantes. La cantidad de secreciones puede variar al pasar de los años, pero siempre es importante que aprendamos a conocer nuestro flujo vaginal normal, así es más fácil reconocer cuando algo está mal.