Hacer dieta podría ayudar a mejorar la salud, el estado de ánimo, la libido y los niveles de estrés aunque no se tenga obesidad
Corby Martin, director de ciencias conductuales y epidemiología del centro de Investigación Biomédica Pennington en Baton Rouge, Luisiana, realizó un estudio a un grupo de personas con un peso saludable o con un sobrepeso ligero, los cuales realizaron una dieta con calorías restringidas. Estas persona durante dos años perdieron casi 17 libras (7.7 kilos) en promedio, y disfrutaron de una mejora significativa en la calidad de vida. El experto indicó que “incluso entre las personas relativamente sanas, se observaron cambios biológicos y fisiológicos positivos que ocurren con la restricción de las calorías”. Asimismo, destacó que “los participantes se sintieron mejor y perdieron peso aunque solo alcanzaron la mitad de su objetivo original de reducción de calorías”.
Los investigadores habían pedido a los participantes, cuyos resultados fueron publicados en la revista JAMA Internal Medicine, que restringieran su ingesta de calorías en un 25%, pero en el transcurso dos años que duró el estudio solo lograron una reducción promedio de calorías del 12%. “Una reducción del 25% en la ingesta de calorías es muy difícil para la mayoría de personas”, apuntó el Dr. Scott Kahan, director del Centro Nacional de Peso y Bienestar en Washington, D.C, quien enfatizó que “a pesar de solo alcanzar un 12%, se siguen viendo beneficios realmente importantes con ese grado de reducción de las calorías, y tenemos muchos datos de otros estudios que muestran que unos cambios, incluso más pequeños, conducen a unos resultados muy impresionantes”. “Hasta ahora, las investigaciones habían mostrado que reducir calorías puede plantear una gran diferencia en la salud y el bienestar de las personas obesas, pero si hacer dieta ayudaría o haría daño a las personas con un peso normal o casi normal ha sido una pregunta abierta”, extendió Martin.
En su ensayo clínico, Martin y sus colaboradores reclutaron a 220 personas con un índice de masa corporal (IMC) de entre 22 y 28. La edad promedio era de casi 38 años, y el 70 por ciento eran mujeres. Un IMC de 18.5 a 24.9 es un peso saludable, mientras que el sobrepeso es un IMC de 25 a 29.9, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. La obesidad se define como un IMC índice de masa corporal de 30 o más.
Para el estudio se pidió a casi dos tercios de los participantes que redujeran sus calorías diarias en un 25% durante dos años, mientras que los del otro tercio podían comer lo que desearan. Al final del segundo año, las personas con la dieta de calorías restringidas habían perdido en promedio casi 17 libras (7.7 kilos), o un 10,4% de su peso inicial. Mientras que no hubo un cambio de peso significativo entre las personas que comían lo que deseaban.
En comparación con el grupo que no hizo dieta, los investigadores hallaron que las personas que restringieron las calorías experimentaron: una mejora en el estado de ánimo, lo que incluyó menos depresión, mejor calidad de vida, mejora en el sueño, un aumento en la libido y unas mejores relaciones. Los cambios biológicos que acompañan a la pérdida de peso (un azúcar en sangre más bajo, una mejora en el colesterol y una mejora en la presión arterial) parecen traducirse en una vida más feliz para las personas que reducen las calorías, aunque esas personas estén en una buena condición física.
“La conjetura es que estas mejoras generales en la salud, que en realidad se basan en la biología, se reflejan en cómo nos sentimos subjetivamente”, comentó. “Sentimos que tenemos más energía. Es más fácil moverse y ser más activo, y no tener dolor de rodillas o de espalda”, contó Martin. Lauri Wright, profesora asistente del Colegio de Salud Pública de la Universidad del Sur de Florida, en Tampa quien explicó que la pérdida de peso, y no la reducción en las calorías, provocó las mejoras en el estado de ánimo, el bienestar y la libido. “Cuando las personas pierden peso se sienten más felices, más sanas, más satisfechas de su apariencia e incluso más sexis”, dijo la doctora.
Martin y Kahan se mostraron de acuerdo en que para reducir la ingesta de calorías de forma exitosa, hay que encontrar la dieta con la que uno mejor se sienta y que mejor encaje en el estilo de vida.
Algunas personas podrían responder bien a una dieta tradicional baja en grasa, mientras que para otras es más fácil seguir una dieta baja en carbohidratos, señalaron. La dieta debe ser una ingesta diaria más baja de energía de una forma que sea sostenible. “Si una forma es mejor para usted que otra, no le haga caso a los que dicen que tiene que ser de una u otra manera”, aconsejó Kahan, y cerró: “Tenemos buenos datos que sugieren lo contrario. Cada quien es distinto respecto al cuerpo, los gustos y la necesidad de comodidad”.
Fuente: http://www.clarin.com/buena-vida/nutricion/Hacer-mejoraria-animo-sexual-descanso_0_1581441930.html